LA DIALECTICA Y LUCHA DE CLASES EN LA VENEZUELA DEL SIGLO XXI
Los revolucionarios de siempre
Cerca de cumplir 40 años como
Abogado de los trabajadores, indígenas, y campesinos, hacemos un alto para
retomar impulso, con la autocrítica necesaria para seguir cumpliendo
profesionalmente, cada día, con momentos dinámicos que siguen reclamando
justicia y humanidad.
Hace cerca de 150 años surgió la
filosofía marxista del pensamiento de Carlos Marx y Federico Engels,
herramienta científica que en el plano político, manejada por sus propios
mentores y usada por sus seguidores, ha puesto en jaque en el debate, la
dialéctica y la historia como base científica social. Ello ocurrió cuando se
interpretó erradamente que el marxismo llevaba inexorablemente al Estado planificador
de todo, al aparato del partido como centro del poder y a los militares como
cabeza de una nueva casta política-militar, social y económica, con la
consecuente corrupción y fracaso del régimen comunista.
En 1.961, hace cerca de 50 años
se produjo la insurrección cubana y el Comandante Fidel Castro declaró “…no se
trata de adoctrinar sino de enseñar a analizar, de enseñar a la gente a
pensar…”. Con el tiempo hemos podido verificar que la dirigencia cubana hizo
todo lo contrario, al igual que en la Unión Soviética, en Cuba se
mantiene una estructura de poder concentrada en un solo partido político y un
Estado hecho a la medida de los dirigentes de ese partido. El Estado Cubano, el
del partido de los trabajadores no entendió el valor del trabajo productivo. Se
concentró en una aplicación del poder en nombre del pueblo donde esencialmente,
los cubanos se mantienen en una contradicción: Las mayorías están sometidas al
poder político y una nueva clase disfruta la riqueza a nombre del socialismo,
aunque sin mayores reparos en el plano económico han venido haciendo notorio su
acercamiento a la economía de mercado. El informe presentado el 23 de diciembre
de 2011 por el ministro de Planificación, Adel Yzquierdo ante la Asamblea Nacional
del Poder Popular reconoce un decrecimiento a un 2,7%, superando solamente a El
Salvador.
La vuelta al capitalismo se sigue
dando con acciones de gobierno como la entrega en usufructo de tierras ociosas
a pequeños agricultores, la autorización de la compraventa de casas y automóviles,
la flexibilización de los créditos bancarios para el sector privado y la
construcción de viviendas, esta vez sobre la base de una dependencia financiera
de Venezuela. Se plantea para 2012 un crecimiento del sector privado que absorba
casi 2 millones de trabajadores estatales.
Aquí en Venezuela, desde 1998, se
inició un nuevo proceso político, que originalmente se inspiro en la lucha
contra la corrupción, el nacionalismo y la defensa de la Soberanía. Los
civiles dejamos pasar al frente de una fuerza social de cambio al sector
militar, siendo uno de los errores más graves. Sin embargo, la Constitución de 1999,
puesta como uno de los logros más importantes de esta década por su alto
contenido social y promoción del hombre, a favor de un estado social de
derecho, justicia y autentica democracia, contradictoriamente se ha combinado
con leyes dictadas en su mayoría por el Poder Ejecutivo quien ha sustituido el
Parlamento como la institución legislativa por excelencia, ha impuesto la
fuerza militar como garantía para mantener el poder dejando a un lado la fuerza
social compuesta por las grandes mayorías como sujeto histórico de los cambios.
El hecho social del trabajo ha sido relegado y dado paso a una economía de
extracción y populismo alienador.
La lucha que los pueblos
latinoamericanos viven con pasión, obliga a quienes hemos actuado socialmente,
en parte como sujetos de este proceso a releer el marxismo, otros pensamientos
e ideas; y las experiencias de la clase trabajadora y los pueblos del mundo para
nuestro trabajo por la construcción de una sociedad que tenga como perfil el
trabajo como elemento principal para la producción de la riqueza, la lucha y el
estudio constante como matriz para la creación de nuestra tecnología, y, la
equidad y justicia social, como valores que integren nuestra cultura.
El socialismo que promocionado y
realizado, tanto en la URSS
como en Cuba y otros países, engendra la lucha de clases. Por ello, una vez más
estamos una vez más frente a un teclado, esta vez no es una máquina de
escribir. Tocamos la computadora como lo hemos hecho toda nuestra vida, para
representar integralmente a los trabajadores, a los indígenas, a los
campesinos, a los más humildes, al Pueblo, en la defensa del salario, la
estabilidad laboral, la seguridad social, las prestaciones sociales, la vida,
la integridad física, el rescate de la imparcialidad en la administración de
justicia, tal como lo hemos hecho exitosamente en casos como la masacre del Amparo en 1989, la
defensa del salario en el reconocimiento de los bonos como salario integral
contra los decretos presidenciales en la década de los 80, la defensa de la
integridad, honor y soberanía cuando ejercimos los cargos de Consultor Jurídico
y Representante Judicial de PDVSA, Petróleo, en 2004 y la defensa de nuestra
jurisdicción como sustituto de la Procuradora General
de la República
en el caso de las falsas notas promisorias de Bandagro.
Nos invoca el amor al Pueblo, de
nuestros ancestros, por el honor, por la verdad y con el espíritu en alto, volvemos
a combinar el ejercicio profesional con la lucha y el análisis.
Es el compromiso que nos reclaman
quienes nunca dejaron de luchar. De que valdría la lucha de nuestros ancestros
indígenas contra el imperio español. Que le responderíamos a Francisco Madero,
Emiliano Zapata y Pancho Villa, entre otros en México, a los republicanos Españoles
en su férrea lucha contra el dictador Franco, a Martin Luther King, quien
rebasó desde el imperio a los que alzaron su voz contra el imperio, en Vietnam,
al padre de la primera victoria contra la primera guerra y el primer intento de
Estados Unidos de invadir y secuestrar un Pueblo: Ho Chi Ming y su estratega
militar el General Vo Nguyen Giap; en Centro América a los guerrilleros del
Frente Farabundo Martí, a Oscar Arnulfo Romero, y los sacerdotes y religiosas
que dieron su vida en defensa de los derechos humanos, a los camaradas que han
enterrado y desenterrado la espada de Bolívar en Colombia contra uno de los
poderes más abyectos de la
América latina al servicio del Imperialismo, a nuestros
hermanos indígenas de Ecuador y Bolivia; a los luchadores del Perú, Argentina y
Chile, entre los que destacan
Recabarren, Salvador Allende y
tantos otros.
Estamos enfrentando la corrupción
en el Estado y se han materializado élites con estructuras propias del poder económico tradicional de la llamada IV
República, convirtiendo a algunos de los nuevos administradores en nuevos
oligarcas que reproducen las formas de explotación capitalista. Se trata de
asumir la defensa de la descentralización administrativa, tomando en cuenta una
nueva herramienta que aparece en la nueva estructura social y política, los
llamados Consejos Comunales. Entes que
representan una nueva forma de organización popular y que simultáneamente
ejercen el poder público. Esta experiencia es tan nueva como débil frente a las
formas que tiene el poder dominante aún para mutarse y convertirse en
orientador y organizador de los propios consejos comunales. Uno de los mayores
retos que tiene en consecuencia nuestro proceso que genera expectativa en otras
latitudes está en que esa nueva organización no dependa de la burocracia del
estado, sino que germine en ella misma una nueva forma de administrar la
fuerza, los recursos financieros, los proyectos y programas; aunque quienes
proclamen desde el poder público la revolución pierdan el timón o lo
desatiendan para contaminarlo con las formas tradicionales del ejercicio del
poder capitalista.
Como nos canta Silvio Rodríguez, la
era esta pariendo un corazón hay que
acudir en cualquier calle y hay que dejar la casa y el sillón. Hay que quemar
el cielo si es preciso. Por cualquier hombre del mundo… por cualquier causa
justa, por el futuro que son nuestros hijos, nuestra madre tierra y la
posibilidad de vivir en Paz.
Transitar desde el pensamiento transformador
hasta los hechos que van conformando la historia nos empeña en producir
científicamente una alternativa que deje de aparecer el nuevo hombre y la nueva
sociedad.
El Estudio Jurídico Integral reabre
sus puertas en este año 2012 para atender en esta perspectiva a empresas,
individuos, sindicatos, grupos campesinos, indígenas, entre otros, teniendo
como principio la reconstrucción del trabajo como acto de creación de la
riqueza social, tanto del empresario como del asalariado, y por lo tanto la
defensa de la seguridad social, la salud ocupacional y la calidad de la vida de
quienes asumimos esta visión.